Si de forma esporádica o constante huele a gas es evidente que hay una fuga en alguna parte de la instalación. El agua no tiene un olor tan evidente, pero el mal olor o el olor a humedad, son síntomas claros de que existe una fuga de agua que, si no se ataja, irá a más. Un mal olor no justificado es muy probable que provenga de una fuga. No espere a que los daños sean mayores.

Un elevado coste en la factura del agua, de la calefacción o incluso de la luz, también puede ser un claro indicativo de la existencia de una fuga de agua o gas. Si observa que sus recibos se van incrementando o simplemente, cree que paga mucho, llámenos. Hacer un chequeo o una revisión de sus instalaciones le costará mucho menos que cualquier reparación posterior. Llámenos y anticípese.

Se trata sin lugar a dudas, del síntoma más evidente. Una mancha de humedad en el 80% de las ocasiones viene originado por una fuga, que ha sido creada por roturas o por el desgaste de las tuberías. No espere a que se resuelva porque lo lógico es que vaya a más. Las manchas de humedad crecen y cuanto antes se reparen, mayores daños se evitan. Llámenos cuanto antes.

En el caso de las goteras es fácil reconocerlas y se puede intuir aproximadamente el lugar de donde provienen, pero en ocasiones las fugas, bien sean fugas de gas o de agua, generan ruidos muy tenues con generan confusión. No es fácil reconocerlos y suelen ser tan ligeros que no todo el mundo tiene capacidad auditiva para identificarlos. Ante cualquier duda, llámenos.